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sábado, 29 de septiembre de 2012

¿Qué dice el Nuevo Testamento?


La reunión de los judíos dispersos se realizaría según el Evangelio (Lc. 21,24) cuando se cumpla el tiempo de los gentiles:

 “Jerusalén será pisoteada por los gentiles hasta que se cumpla el tiempo de las naciones”.

 Es decir, cuando se cumpla el tiempo de los no judíos, Jerusalén volverá al poder de los judíos.  Esta es la señal, señal que ya se ha cumplido pues desde 1967 Jerusalén es de nuevo judía. ¿Qué significa esto? Los autores lo interpretan a la luz de Mt. 24,14:

 “Cuando se predique el Evangelio a todas las naciones vendrá el fin” (de los tiempos); y de Rom. 11: “Cuando entre la plenitud de las naciones Israel se convertirá”. Así el tiempo de los gentiles es el tiempo en que reciban y acepten el Evangelio todas las naciones; “no solamente algunas particulares –aclara Santo Tomás-, sino que la Iglesia haya sido establecida en toda o en la mayor parte de cada una de las naciones”.

El Apocalipsis dice que Satanás estará encadenado por mil años y luego se le soltará por poco tiempo. Entonces reunirá a Gog contra Jerusalén, pero descenderá fuego del cielo y los devorará. Este es el día grande de Dios, es el día de Yahvé, en que los demonios reúnen a los reyes para esa batalla

Hemos visto como los profetas en el Antiguo Testamento nos hablaron de “día de Yahvé” y de cuales serían sus características. En los tiempos actuales los Sumos Pontífices han venido advirtiendo a la Humanidad de forma casi constante del peligro que corría apartándose de Dios. Y este peligro ha sido incrementado en tanto en cuanto los dirigentes morales de la Humanidad, es decir sus pastores naturales, los obispos, han descuidado a su grey   permitiendo se pierdan miles de almas atrapadas por el mundo, entorpeciendo y obstaculizando que los fieles conociesen los avisos que el Cielo ha ido dando a los hombres a través de tantas y tantas apariciones de la Virgen Santísima y del Señor. Da espanto el pensar en la responsabilidad de esos pastores.

Esta situación tan triste de la Iglesia la reflejó el Papa Pablo VI en su Homilía de 27 de junio de 1972 en donde dijo:

     “ Se diría que a través de alguna grieta ha entrado el humo de Satanás en el Templo de Dios. Hay dudas, incertidumbre, problemática, inquietud, insatisfacción, confrontación. Ya no se confía en la Iglesia... ha entrado la duda en nuestras conciencias y ha entrado a través de ventanas que debían estar abiertas a la luz...”

Esta lucha contra el poder de las tinieblas, la han continuado los Pontífices siguientes, con todo el arrojo y virtud que tienen los continuadores de Pedro en la Iglesia. Juan Pablo I en su santo y cortísimo pontificado de 33 días, Juan Pablo II, en su larguísimo y santo pontificado, en el que ha preparado a la Iglesia para la segunda venida del Señor, y por último, el actual Pontífice Benedicto XVI, con su santísimo pontificado.

También el Señor ha avisado a la humanidad a lo largo de toda la historia y ahora en tiempos relativamente recientes sobre el riesgo del castigo que nos hemos ganado con nuestro mal proceder a través de innumerables almas santas como la religiosa italiana estigmatizada Madre Elena Aiello que veremos a continuación, pero prometiendo también la llegada del gran monarca que, enviado por Dios, salvará a la humanidad y establecerá el reino de Cristo en la tierra 

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