La reunión de los judíos dispersos se realizaría según
el Evangelio (Lc. 21,24) cuando se cumpla el tiempo de los gentiles:
“Jerusalén será pisoteada por los gentiles
hasta que se cumpla el tiempo de las naciones”.
Es decir, cuando se cumpla el tiempo de los no judíos, Jerusalén
volverá al poder de los judíos. Esta es
la señal, señal que ya se ha cumplido pues desde 1967 Jerusalén es de nuevo
judía. ¿Qué significa esto? Los autores lo interpretan a la luz de Mt. 24,14:
“Cuando se predique el Evangelio a todas las
naciones vendrá el fin” (de los tiempos); y de Rom. 11: “Cuando entre la
plenitud de las naciones Israel se convertirá”. Así el tiempo de los gentiles
es el tiempo en que reciban y acepten el Evangelio todas las naciones; “no
solamente algunas particulares –aclara Santo Tomás-, sino que la Iglesia haya
sido establecida en toda o en la mayor parte de cada una de las naciones”.
El
Apocalipsis dice que Satanás estará encadenado por mil años y luego se le
soltará por poco tiempo. Entonces reunirá a Gog contra Jerusalén, pero
descenderá fuego del cielo y los devorará. Este es el día grande de Dios, es el
día de Yahvé, en que los demonios reúnen a los reyes para esa batalla
Hemos visto como los profetas en el Antiguo Testamento
nos hablaron de “día de Yahvé” y de cuales serían sus características. En los
tiempos actuales los Sumos Pontífices han venido advirtiendo a la Humanidad de
forma casi constante del peligro que corría apartándose de Dios. Y este peligro
ha sido incrementado en tanto en cuanto los dirigentes morales de la Humanidad,
es decir sus pastores naturales, los obispos, han descuidado a su grey permitiendo se pierdan miles de almas
atrapadas por el mundo, entorpeciendo y obstaculizando que los fieles
conociesen los avisos que el Cielo ha ido dando a los hombres a través de
tantas y tantas apariciones de la Virgen Santísima y del Señor. Da espanto el
pensar en la responsabilidad de esos pastores.
Esta situación tan triste de la Iglesia la reflejó el
Papa Pablo VI en su Homilía de 27 de junio de 1972 en donde dijo:
“ Se diría que a través de alguna grieta ha
entrado el humo de Satanás en el Templo de Dios. Hay dudas, incertidumbre,
problemática, inquietud, insatisfacción, confrontación. Ya no se confía en la
Iglesia... ha entrado la duda en nuestras conciencias y ha entrado a través de
ventanas que debían estar abiertas a la luz...”
Esta lucha contra el poder de las tinieblas, la han
continuado los Pontífices siguientes, con todo el arrojo y virtud que tienen
los continuadores de Pedro en la Iglesia. Juan Pablo I en su santo y cortísimo
pontificado de 33 días, Juan Pablo II, en su larguísimo y santo pontificado, en
el que ha preparado a la Iglesia para la segunda venida del Señor, y por
último, el actual Pontífice Benedicto XVI, con su santísimo pontificado.
También el Señor ha avisado a la humanidad a lo largo
de toda la historia y ahora en tiempos relativamente recientes sobre el riesgo
del castigo que nos hemos ganado con nuestro mal proceder a través de
innumerables almas santas como la religiosa italiana estigmatizada Madre Elena
Aiello que veremos a continuación, pero prometiendo también la llegada del gran
monarca que, enviado por Dios, salvará a la humanidad y establecerá el reino de
Cristo en la tierra
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