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sábado, 29 de septiembre de 2012

Elena Aiello


Fue la fundadora en Cosenza, Italia, de la Congregación de la Divina Misericordia. Durante muchos años ha sido uno de los fenómenos místicos más espectaculares, con sus reproducciones dolorosas de la Pasión de Nuestro Señor. Hizo numerosas profecías que tuvieron cabal cumplimiento como la referente a la caída de Mussolini, con una de cuyas hermanas tenía una gran amistad y mantuvo una frecuente correspondencia.

A la Madre Elena Aiello corresponden estas palabras:

“Jesús se me apareció cubierto de sangre y de llagas y me dijo “Mira, hija mía, como los pecados de los hombres me han herido. El mundo se ha sumergido enteramente en la suciedad y desborda la corrupción. Los gobiernos de los pueblos se han levantado como demonios encarnados. Mientras hablan de paz, se están preparando para una guerra con armas devastadoras para la destrucción de pueblos y naciones. Los hombres se hicieron ingratos a mi Sagrado Corazón y, abusando de mi misericordia, han transformado la tierra en una escena de crímenes. Muchos escándalos llevan a las almas a la perdición..., especialmente por la corrupción de la juventud.

Violados hasta el límite, excitados, desenfrenados para los goces y placeres del mundo, su espíritu está degenerado en la corrupción del pecado. El mal ejemplo de los padres educa a los hijos en escándalo y en infidelidad, en vez de en virtud y en rezos. El rezo está casi muerto en los labios de muchos. Manchado y degradado en la fuente de la fe  y de la santidad el hogar.

La voluntad de los hombres ya no cambia. Viven en la obstinación del pecado. Más severos serán los castigos y plagas para llevarlos al camino de Dios; pero los hombres se ponen más furiosos, como bestias heridas, y endurecen sus corazones hacia la gracia de Dios.

El mundo ya no merece perdón, sino solamente fuego, destrucción y muerte.

Se necesita más oración y penitencia de mis almas fieles para aplacar la Justicia Divina, para atemperar la justa sentencia del castigo, que ha sido suspendido en la tierra por la intercesión de mi amada Madre, que es también la Madre de todo el linaje humano. ¡Oh, qué triste está mi Corazón al ver que los hombres no responden a los muchos llamamientos de amor y de dolor, dirigidos por mi amada Madre a la humanidad errante!. Errando en la oscuridad siguen viviendo en sus pecados y se alejan más de Dios; pero el castigo de fuego se acerca para purificar la tierra de las iniquidades de los perversos.

La justicia de Dios exige reparación por las muchas ofensas y crímenes que cubren la tierra. Los hombres están obstinados en sus delitos y no vuelven a Dios. Se oponen a la Iglesia, y los sacerdotes son despreciados a causa de los escándalos de los perversos.

Ayúdame, sufriendo, a reparar por las muchas ofensas, y de esta manera, salvar en parte a la humanidad, precipitada en el fango de la corrupción y muerte.
Anuncia a la humanidad que debe volver a Dios, haciendo penitencia y haciéndolo así tienen esperanza de ser perdonados y salvados de la justa venganza de un Dios despreciado” Diciendo esto el Señor desapareció y entonces se presentó la Santísima Virgen y acercándose a mí y con profundo dolor, me dijo: “Oyeme con atención y revela a todo el mundo: Mi corazón está muy triste por los sufrimientos que vendrán sobre un mundo que se bate en una catástrofe inminente. La Justicia de Dios es ofendida en extremo. Los hombres viven en la obstinación de sus pecados. La ira de Dios está muy cerca. Proclama, grita en alta voz, hasta que los sacerdotes de Dios oigan mi voz para que avisen a la humanidad de que el castigo está muy cerca, y si los hombres no vuelven a Dios con la oración y la penitencia, el mundo será lanzado a una nueva y más terrible guerra.

Nubes con relámpagos penetrantes de fuego del cielo y una tempestad de fuego caerán en la tierra. Este castigo terrible que nunca se ha visto en la historia de la humanidad durará setenta horas. Los ateos serán aplastados y aniquilados y muchos se perderán porque permanecerán en la obstinación de sus pecados. Entonces se verá el poder de la luz sobre el poder de las tinieblas. No guardes silencio, hija mía, porque las horas de las tinieblas y del abandono se acercan.

Esta santa religiosa tuvo unas últimas visiones que transcribimos: Rusia invadirá pronto Europa y traerá muchas desgracias sobre Italia. Tuvo la visión de la ciudad del vaticano invadida por los comunistas, en una revuelta con persecuciones al Santo Padre y a la Iglesia.
Las fuerzas del mal están preparadas para desencadenarse en todas las partes del mundo, con terrible violencia. Terrible será la convulsión que vendrá...Italia será humillada y purificada en la sangre y deberá sufrir mucho, porque muchos son los pecados que se cometen en esta nación predilecta, sede del Vicario de Cristo. No podéis imaginaros lo que sucederá. Se desencadenará una terrible revolución y los caminos quedarán enrojecidos con la sangre. El Papa sufrirá mucho, y todos estos sufrimientos serán una agonía que abreviará su peregrinación terrena. Su sucesor gobernará la nave en la tempestad.

Pero no se retrasará el castigo de los impíos. Aquel día será espantoso, de la manera más terrible: la tierra temblará y purificará a toda la humanidad. Los malvados perecerán en los tremendos rigores de la Justicia divina.

Una propaganda impía, ha difundido por el mundo muchos errores, resultando en todas partes, persecuciones, ruinas y muertes. Si los hombres no cesan de ofender a mi Hijo, no estará lejos el tiempo en que la justicia del Padre, enviará sobre la tierra el azote merecido y será el peor castigo que jamás se ha visto en la historia de la humanidad. Cuando en el cielo aparezca una señal extraordinaria, sabed los hombres que está próximo el castigo del mundo.

Rogad intensamente... Roma será castigada... Rusia se impondrá sobre todas las naciones, de manera especial sobre Italia, y elevará la bandera roja sobre la cúpula de San Pedro.
La hora terrible avanza sobre el mundo; muchas naciones serán castigadas, especialmente Italia por revoluciones sangrientas... Rusia ha preparado sus armas secretas contra América, contra Francia y contra Alemania. La guerra está próxima. El Rin de Alemania-Suiza estará lleno de cadáveres y de sangre. El Papa deberá sufrir mucho.[1]



[1] Francisco Spadafora. Roma 1976.

2 comentarios:

  1. lo estamos viviendo,la humanidad perdió el rumbo.En todo caso,la responsabilidad de la salvación es individual y personal. Ya Dios creador habló y nos advirtió, ahora a asumir las consecuencias de la desobediencia.

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